sábado, 14 de noviembre de 2015

Aprueban legisladores chilenos el principio de gratuidad universitaria

Aprueban legisladores chilenos el principio de gratuidad universitaria
http://www.jornada.unam.mx/2015/11/14/mundo/029n2mun

Aprueban legisladores chilenos el principio de gratuidad universitaria 

Enrique Gutiérrez 

Aprueban legisladores chilenos el principio de gratuidad universitaria■ Avalan también el presupuesto educativo para 2016

Santiago.

Finalmente, tras una tensa semana de negociaciones y renuncias, la comisión especial mixta de presupuestos del Congreso aprobó el principio de gratuidad universitaria.

La partida presupuestaria fue aprobada con 12 votos en favor y siete en contra de los partidos de derecha, mientras el presupuesto general destinado a educación para 2016 fue avalado con las mismas cifras.

La jornada estuvo marcada por el protocolo de acuerdo que firmaron el gobierno y el Consejo de Rectores (Cruch) –previo al comienzo de la sesión de la comisión especial mixta de Presupuestos–, el cual garantiza que las principales casas de estudios superiores no verán disminuidos sus presupuestos.

En ese sentido, se comprometieron a reducir los fondos del aporte fiscal indirecto (AFI) –que reciben los planteles tradicionales por captar a los alumnos con mejores puntajes en las pruebas de selección para los estudios de pregrado.

El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, detalló las indicaciones que ingresó a la propuesta de gratuidad, la cual, hasta el jueves por la tarde, no contaba con los votos para su aprobación. Dentro de los principales cambios se incluye la modificación al AFI y un aporte para el fomento de la investigación dirigido a los planteles que no integran el Cruch, que agrupa básicamente a instituciones fiscales.

"Sin duda es un paso sustantivo. Hemos discutido todos estos días con los distintos actores y hemos llegado a un acuerdo de cómo caminar en esta materia", señaló la ministra de Educación, Adriana Delpiano.

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Planea: sigue la propaganda

Planea: sigue la propaganda 

Manuel Pérez Rocha 

Planea: sigue la propaganda

Planea –así se llama la prueba "de nueva generación" aplicada por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación– comprueba una vez más, según dicen sus autores, que los niños salen de la escuela sin saber leer, no entienden lo que leen, y salen sin saber realizar operaciones aritméticas elementales.

Bueno… ¿y? ¿Nos dice esta prueba algo acerca de las causas? ¿Para qué sirve comprobar una y otra vez lo mismo si no se intenta una explicación y nada se hace para que cambien las cosas? El INEE ya tiene "planeado" hacer otras "evaluaciones" dentro de poco tiempo. ¿Realmente son necesarias tantas evaluaciones (en realidad meras mediciones) para poner en marcha acciones de verdadera reforma educativa? La enseñanza de las matemáticas, y la enseñanza de la lectura y la escritura, son asuntos que se han investigado profusamente desde hace tiempo. En México los debates acerca de cómo enseñar a leer y a escribir se remontan al siglo XIX, y continuaron durante décadas, generando propuestas muy valiosas. Hay mucho conocimiento acumulado sobre estas materias, no sólo conocimiento teórico, también "práctico", experimental.

Se sabe que el aprendizaje de los estudiantes, en estas materias y en otras, depende de muchos factores; dos muy importantes son la motivación de los estudiantes, y ligada a ésta la actitud del maestro (no sólo sus conocimientos y "competencias"). Si queremos mejorar los resultados de la educación escolar es obligado prestar especial atención a estos factores, pero están ausentes de los trabajos del INEE y de la SEP. Tanto la prueba Planea como sus antecesoras arrojan datos acerca de los resultados muy deficientes de la enseñanza escolar, y los relacionan con otro dato: las condiciones socioeconómicas de las escuelas y los estudiantes. Así, nos señalan que, en promedio, salen mucho más mal los estudiantes de las zonas económicamente pobres (marginadas), y menos mal los de las zonas menos pobres o sin pobreza. Todo esto ya lo sabíamos. Estos son los datos que recabó la investigación del INEE y que permiten concluir a sus autores que debe hacerse un esfuerzo por canalizar más recursos a las zonas más desfavorecidas, pues, dicen, el problema central de la educación es la "equidad".

Según el informe del INEE, "los resultados de Planea subrayan que el principal desafío de la política educativa es la reducción de las desigualdades en las oportunidades de aprendizaje: los estudiantes muestran bajos resultados de logro en esta primera aplicación, los alumnos que viven en situaciones de mayor vulnerabilidad son quienes obtienen menores niveles de logro". Pero, en estricta lógica, los resultados no sostienen que este sea el "principal desafío".

Ubicados en la superficie de esos dos datos aportados por la prueba Planea, algunos analistas sacan una conclusión: la pobreza imposibilita (o casi) los aprendizajes. Así, según ellos, la solución del problema educativo consistiría en combatir la pobreza y canalizar más recursos a las zonas pobres con una política de "equidad". Otros afirmarán que, a la inversa, la mala educación es la causa de la pobreza, y que esta pobreza no podrá eliminarse sino con mejor educación. Pues sí… y no.

El asunto es mucho más complejo. Los resultados de la prueba nos informan de "promedios", pero en los sectores pobres hay casos de buenos resultados, y en las zonas privilegiadas hay casos, muchos, de muy malos resultados. No puede, pues, establecerse que hay una relación causal directa entre las condiciones socioeconómicas y los resultados en la prueba, una sola excepción nos obligaría a buscar relaciones más complejas. De hecho, los resultados de la prueba Planea arrojan para las telesecundarias datos que, sin explicación, contradicen esa supuesta relación causal.

Los resultados de la prueba Planea provienen de una presunción que los investigadores introdujeron en el diseño de la investigación: esa supuesta relación causal directa y biunívoca entre condiciones socioeconómicas y resultados del aprendizaje. Diseñaron una "prueba" que prueba lo que anticiparon, y dejaron de lado la complejidad del asunto. Sí, hay una fuerte correlación entre pobreza y resultados escolares deficientes, pero ¿no será que ambas variables dependen de otro u otros factores que condicionan a estas dos? ¿Factores culturales, políticos, históricos, por ejemplo?

La multitud de números, cálculos aritméticos y gráficas del informe del INEE con los resultados de Planea, y la advertencia de que se trata de "pruebas de nueva generación", en las que se han cuidado toda clase de aspectos técnicos, dan la impresión de que se trata de un trabajo de alto nivel científico. Pero no lo es, es un trabajo puramente descriptivo con un intento simplista y prejuiciado de explicación. El verdadero rigor científico no se reduce a la forma en que se manejan los datos: empieza por la definición de las variables significativas y su incorporación en la investigación. La ciencia moderna aspira a explicar, y en un asunto tan complejo como la educación, las explicaciones simplistas no sirven.

Pero esta superficial investigación de los especialistas del INEE sirve muy bien a los intereses políticos de los gobernantes y a su campaña contra los maestros. Ya el secretario Nuño declaró: "el viernes conocimos los resultados para de (sic) la última prueba a los alumnos de educación básica, y los resultados lo que nos reiteran es la pertinencia de la importancia (sic) y la urgencia de la reforma educativa" (comunicado oficial 354 de la SEP) ¿Cuál es esa reforma educativa tan necesaria? Explicó el secretario: "Teníamos que cambiar la forma de organizarnos; teníamos que cambiar la forma de estructurar el sistema educativo, y precisamente por eso hicimos –¡ya la hicieron!– la reforma educativa, y vamos en marcha de ponerla en funciones, de ponerla en acción, y de que logremos el objetivo de una educación de calidad". Y el INEE, para apoyarlo, afirma que los resultados de la prueba confirman la necesidad de esa "reforma educativa".

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¿Hemos interiorizado el fin de la historia?

¿Hemos interiorizado el fin de la historia? 
http://www.jornada.unam.mx/2015/11/13/politica/030a1pol

¿Hemos interiorizado el fin de la historia? 

Raúl Zibechi 

¿Hemos interiorizado el fin de la historia?

"El naufragio siempre es el momento más significativo", escribió Fernand Braudel en "Historia y ciencias sociales" (Escritos sobre la historia, FCE, 1991). En opinión del historiador, "mucho más significativos aún que las estructuras profundas son sus puntos de ruptura, su brusco y lento deterioro bajo el efecto de presiones contradictorias".

En los debates de las izquierdas globales, parece haberse esfumado una tensión básica del pensamiento crítico, presente desde los primeros tiempos: la mirada larga en el tiempo, la negativa a jugar todo el movimiento en maniobras tácticas, tener siempre presente el legado a las generaciones futuras.

Durante más de un siglo el movimiento revolucionario en el mundo estuvo enfrentado en dos tendencias que, de forma un poco simplificada, se podían dividir entre revolucionarios y reformistas. Buena parte de la producción teórica de Marx y de Lenin estuvo dedicada a zanjar diferencias con aquellos que llevaban al movimiento hacia su adaptación en el sistema y rechazaban la necesidad de rupturas. Rosa Luxemburgo llegó a escribir, en Reforma o revolución, que "la teoría del colapso capitalista es la médula del socialismo científico".

En su polémica con Eduard Bernstein argumentaba que "sin el colapso del capitalismo no se puede expropiar a la clase capitalista". Toda la vida y la organización de los revolucionarios estaban dedicadas a prepararse para el momento del colapso, aunque no lo llegaran a vivir. Todo lo que hacían en los grises años de calma social consistía en esa preparación anímica y organizativa, espiritual y teórica. Esa larga preparación es lo que le permitió a hombres como el Che o Lenin estar a la altura de las situaciones cuando era necesario actuar de forma decidida.

En las últimas décadas estas tensiones se han perdido. Predomina ahora una mirada de corto plazo, demasiado ligada a la coyuntura y, en particular, a lo electoral. Las diferencias, incluso teóricas, entre reforma y revolución, parecen haberse esfumado. Rosa no rechazaba las reformas, pero decía que eran un medio, no un fin. Los argumentos que dan algunos intelectuales para defender el voto por un candidato progresista hablan por sí solos sobre este enorme retroceso. Hay, por cierto, políticas sociales positivas y necesarias. Pero ese no puede ser el eje de una argumentación que apueste por la transformación revolucionaria de la sociedad.

A mi modo de ver, hay dos razones de fondo que pueden contribuir a explicar el enorme retroceso de las izquierdas, del pensamiento crítico y de las consecuencias de haber "desaprendido lo mismo el odio que la voluntad de sacrificio" (Benjamin, en Tesis sobre la historia).

La primera es que la caída del socialismo real, la derrota de las revoluciones centroamericanas y de los grandes movimientos (obrero, feminista y de las "minorías" étnicas) ha provocado un doble y simultáneo fenómeno: crecimiento del pragmatismo y del posibilismo, y pérdida del horizonte del tiempo largo.

El pragmatismo desmadeja la ética del compromiso, a favor de la adaptación a lo que existe. No hay compromiso que contenga garantías de ventajas personales concretas. El compromiso con una causa siempre fue un salto al vacío, incierto, en el que cada quien pone el cuerpo sin esperar recompensas ni reconocimiento. Perseguir lo posible supone caer en el oportunismo y renunciar a cambiar las cosas; porque lo posible es, apenas, administrar lo existente.

La segunda se relaciona con los cambios en la cultura, tanto en la hegemónica como en la popular, e incluso en la contracultura. La necesidad de obtener resultados inmediatos, la falta de fibra para nadar contra la corriente, la dificultad para decir las cosas por su nombre por temor al rechazo y la soledad, forman parte del sentido común actual, incluso entre muchos que dicen ser de izquierda.

Un maravilloso relato de Pasolini sobre los "melenudos", en Escritos corsarios, es una buena muestra de lo que pretendo explicar. La melena fue símbolo de rebeldía o de inconformismo en los años 60, pero terminó siendo adaptada por la moda, al punto que "ya no es defendible porque ya no es libertad". Rechazaba con vigor, y desesperación, el afán de "amoldarse al orden degradante de la horda", usando símbolos de rebeldías, absorbidos por la cultura del poder.

Por alguna razón, nada difícil de adivinar, volvemos a redescubrir a Pasolini. Como escribe Franco Berardi, Bifo, "había entendido de antemano que el poder del cambio tecnológico estaba destinado a prevalecer sobre las culturas libertarias e igualitarias", abriendo un tiempo de barbarie ("La mirada larga", en comune-info.net).

Estamos inmersos en una cultura en la que desaparecieron las distinciones de clase, en la que "derecha e izquierda se han fundido físicamente", como apuntaba el italiano. Esa indistinción tiene su correlato en la política. Es posible que hayamos interiorizado el fin de la historia de modo involuntario e inconsciente. Si no hay diferencias culturales, tampoco habrá diferentes opciones políticas y todo se reduce a optar por lo menos malo o lo más atractivo, como en el supermercado.

Es la degradación de la política emancipatoria. El momento del naufragio. Pero hay más. Todavía debe recordarse que el mundo nuevo, el socialismo o como se llame, es fruto del trabajo, del esfuerzo cotidiano, no del reparto de lo que existe. Pero el trabajo tiene sus reglas que la cultura rentista no comprende, ni está dispuesta a aceptar.

En este recodo de la historia, cuando las derechas imperiales y financieras avanzan sin cesar, en el sur y en el norte, aprender del naufragio puede ser el mejor modo de recuperar los horizontes perdidos. El hundimiento del socialismo real no puede llevarnos al lodazal del posibilismo ni de la rendición a la cultura hegemónica. Si el riesgo es la soledad y la intemperie, habrá que afrontarlas. Lo único que no podemos hacer es dejarle a las generaciones futuras un legado de sumisión y pragmatismo sin ética.

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jueves, 12 de noviembre de 2015

Hacienda y diputados preservan los moches

Hacienda y diputados preservan los moches
http://www.jornada.unam.mx/2015/11/12/politica/003n1pol

En el patio sur del Palacio Legislativo de San Lázaro fue instalada una carpa donde a puerta cerrada los diputados llevan a cabo las reuniones sobre el presupuesto

Hacienda y diputados preservan los moches 

Roberto Garduño y Enrique Méndez 

Hacienda y diputados preservan los moches■ Acuerdan integrar un fondo de $10 mil millones para ese fin

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aceptó constituir una bolsa de sólo 17 mil millones de pesos de reasignación en el Presupuesto de Egresos de la Federación –que en años anteriores llegó a ser hasta de 120 mil millones– y, en acuerdo con los grupos parlamentarios, integrar un fondo de 10 mil millones para que cada uno de los 500 diputados pueda asignar 20 millones de manera libre a estados y municipios, como forma de garantizar hoy la votación del dictamen.

Se trata del fondo del que diputados de distintos partidos, especialmente el PAN, han etiquetado para pedir cuotas de 10 o 15 por ciento a los alcaldes.

''El moche no se ha acabado'', reconocieron diputados que confirmaron la decisión. Se trata de una práctica que, recordaron, se inició en 2000, cuando el PRI perdió la Presidencia de la República y permitió a los legisladores de ese partido contar con recursos para obras en sus distritos y municipios.

Sin embargo, para algunos legisladores la promesa es de sólo 10 millones por cada uno, circunstancia que depende del partido al que pertenezcan.

A diferencia de los años recientes, no serán etiquetados en los anexos del proyecto de decreto, y debido a la escasez de fondos para los estados el próximo año, algunos gobernadores ya pidieron que esos recursos se integren a una sola bolsa para ser administrada por los estados.

Los coordinadores ya comunicaron a sus diputados de la existencia de ese fondo, pero –cuando se le preguntó– el vicecoordinador del PAN, Alejandro Rivera Castillejos, negó que exista esa prebenda.

El diputado Jorge Estefan Chidiac (PRI), secretario de la Comisión de Presupuesto, sostuvo que ''sí habrá una bolsa, con reglas muy claras, que se va a direccionar a estados y municipios, que tendrán que ir a gestionarlo en Hacienda, presentar expedientes, cumplir cálculos, sacar registros de folios… habrá reglas de operación''. Esto es, el mismo esquema que los alcaldes deben cumplir actualmente para las obras etiquetadas por sus legisladores.

Una vez que los diputados obtuvieron esa promesa, las bancadas definieron iniciar la discusión del dictamen este jueves por la tarde y se prevé que la sesión continúe hasta la madrugada del viernes. El acuerdo incluye que el debate pactado se iniciará cuando el pleno reciba el dictamen de la Comisión de Presupuesto, el cual sólo será publicado en la versión en Internet de la Gaceta Parlamentaria.

Como ya es usual, la confección del dictamen estuvo a cargo de la Secretaría de Hacienda, que montó una carpa en el patio sur del basamento del edificio A de la cámara, donde despacha el subsecretario de Egresos, Fernando Galindo Favela.

Ahí se concentró el desfile de diputados y cabilderos, y la puerta de cristal que da acceso al patio fue literalmente trancada con una barra de aluminio para impedir ingresos no autorizados.

El diputado priísta Estefan Chidiac dijo que si bien la suma de las solicitudes de las comisiones para asignaciones ''es de 800 mil millones, ya dije 400 veces que eso es imposible; la bolsa al día de hoy es de 17 mil millones para reasignaciones, más lo que se pueda recortar a algunas entidades''.

Esto es, explicó, que el presupuesto se ''recompondrá un poquito, pero no mucho''.

Además, en el jaloneo habitual entre el proyecto del Ejecutivo defendido por Hacienda y la redacción del dictamen, la Comisión de Presupuesto aceptó restituir 20 mil millones de pesos que la iniciativa presidencial recortó en inversión para carreteras alimentadoras y rehabilitación. Pero ''fuera de eso no habrá más'', insistió Estefan Chidiac.

Respecto del gasto de los órganos autónomos, el legislador priísta sostuvo que ahí ''habrá una veta importante'' para obtener gasto a reasignar, no porque sufran recortes, sino que no se autorizarán los montos adicionales solicitados, entre éstos el Instituto Nacional Electoral, que demandó 400 millones de pesos para un nuevo edificio.

El único que tendrá dinero extra es el Poder Judicial por 16 mil millones más, adicionales a los 54 mil millones de que ya disponía.

Mientras, las organizaciones campesinas cuestionaron que para 2016 el Ejecutivo propuso 331 mil 839 millones de pesos al Programa Especial Concurrente, recorte de 21 mil 167.6 millones respecto de lo autorizado para este año y plantearon que el gasto para el campo debe ser de al menos de 347 mil 187 millones.


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