Editorial
Pueden verse en youtube (movimiento regeneracion psicologia buap), los videos que los muchachos han subido a la red para demostrar, contundentemente, que por lo menos el 70% de ellos no aprueba –para decirlo así suavemente- ni los métodos, ni los tiempos, ni los criterios que fueron utilizados para formular y emitir la convocatoria bajo la cual se pretende elegir director de la Facultad de Psicología.
Las razones por las cuales repudian el proceso, según lo señalan en sus visitas a los salones, en las concentraciones masivas y en las entrevistas, son varias, bastante entendibles y de mucho peso. Una de ellas, quizá la de mayor fondo, es que el grupo que está en el poder quiere perpetuarse otros tantos años en la dirección, lanzando como candidato nada menos que al licenciado en psicología Vicente Martínez, quien durante los últimos 8 años ha ocupado el cargo de secretario administrativo de la Facultad, dedicándose no sólo a avalar la desastrosa gestión de su jefe -quien no supo o no quiso reponer las más de 30 plazas de tiempo completo de los académicos que optaron por jubilarse, y con lo cual, de paso, ya no dieron sustento productivo para que la licenciatura conservara la acreditación profesional-, sino también a darle gusto a la improvisación, atiborrando salones de bancas y de alumnos, y haciendo imposible con ese hacinamiento un acto digno de pedagogía, aunque para sus adentros quizá a cada inicio de cuatrimestre gritaba: ¡viva la antipedagogía!. Bueno, siendo justos con él, dicen los propios alumnos que en honor a la verdad, cuando ha pasado a sus grupos él mismo dice, “ah, caray, aquí hace mucho calor; ahora que sea director les voy a mandar poner un ventilador bien chido, já”. Al final de su visita ellos no sabían si tenían en frente al profesor morfema, a un conquistador que ofrecía espejitos a cambio de votos, digo de oro, o a un verdadero candidato que hacía todo su esfuerzo por cuajar propuestas académicas de fondo.
Bien, la otra razón de peso que esgrimen los estudiantes es que desde el año pasado, como es el clásico madruguete dentro del pri, Vicente y su equipo empezaron a pasar a los grupos para recolectar firmas de apoyo a su candidatura, cuando todavía ni por asomo salía la convocatoria, ni sabía él si iba o no a cumplir con los requisitos. Ahora que ya está abierto el proceso los alumnos se dan cuenta que eso fue una vil manipulación, un engaño imperdonable, pues Vicente, teniendo grado de licenciado, sabe que ese nivel no le alcanza para obtener la categoría de Titular, como tampoco sus argumentos le alcanzan ahora para explicar el cómo y el porqué le transformaron su plaza.
De parte de los profesores que registraron su candidatura en condiciones de absoluta desigualdad, y uno más cuya petición de registro le fue denegada, a pesar de que la ley de la universidad lo avala, ha salido un excelente propuesta para Vicente, que de aceptarla daría una digna salida al ya entrampado y cuestionado proceso, a saber: que renuncie a la candidatura para que las autoridades vuelvan a emitir la convocatoria con apego a la ley, y quien resulte ganador ejerza la dirección con entera legitimidad. La Facultad de Psicología y la Universidad lo merecen.
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